¿Qué mundo construyes con tu modo de habitarlo? ¿Qué discursos sostienes sobre ti y sobre otras personas? ¿Crees que tus acciones reflejan quién eres?
Hay formas de relacionarnos y de vivir que están heridas de muerte. Nos perdemos muchas posibilidades por no saber mirar con atención, por no hacernos las preguntas oportunas.
¿Por qué no alertarnos unos a otros para despertarnos y evitar la ceguera moral? ¿Por qué no alentarnos para sostener la esperanza en que otro mundo es posible? ¿Por qué no dejarnos alterar y enriquecer por la diferencia y por el otro, en lugar de vivirlo como una amenaza?
Diluyamos fronteras, ampliemos horizontes, encontrémonos, perdamos el miedo a lo “raro”. Ayudemos al amor a no apagarse. Lo importante no es estar vivo, sino amar la vida que vivimos.
Cada ser humano grita en silencio pidiendo ser leído y tocado de otra manera. Cambia tu estrategia de lectura y tu modo de acercarte a lo diverso: ¡Deconstruye!