Quienes formamos parte de esta Asociación tenemos en común la experiencia de habitar los márgenes, el “entre”, las fronteras entre orillas que se viven normalmente como una amenaza, o ni siquiera se miran.
El pensamiento que nace en el límite tiene capacidad crítica y también un gran potencial creativo, desde el que ofrecer alternativas constructivas para vivir en sociedades menos polarizadas y excluyentes. Mirar no es solo asunto de los ojos, conviene primero cerrarlos y despertar en nuestro sosiego la facultad de ver; porque, a menudo, hay más realidad de la que vemos. Queremos deconstruir nuestro discurso sobre el otro y sobre nosotros mismos, que muchas veces está cargado de prejuicios, de visiones reduccionistas y generalizaciones precipitadas.
Este gesto abre la puerta a la creación de significados nuevos y a la posibilidad de revitalizar los conceptos viejos. Pero no basta con reconocer la diferencia o con cuidar lo propio, hay que tender puentes – ideológicos, interculturales, interreligiosos, interconfesionales, intergeneracionales,…- entre lo uno “y” lo otro. En esa “y” queremos situarnos. Deseamos formar parte de la sociedad sin darle la espalda a lo que en ella nos duele.
Nuestro propósito, y el de quienes quieran unirse a él, es alertar, para mantenernos despiertos; alentar, para alimentar la esperanza en que otras relaciones son posibles –también y necesariamente con uno mismo-; y alterar, en la medida en que seamos capaces de introducir la alteridad (la novedad) en nuestra vida cotidiana y en nuestro modo de mirarla.